domingo, 22 de mayo de 2011

Formación Profesional Integral.

Analizando el artículo de Nieves, Otero y Molerio, visualizamos una realidad profesional y educativa  sumamente cambiante, creciente y evolucionada.
Se nos presenta en éste caso, un recuento de factores, acciones y cambios implícitos en el proceso de transformación de la educación a nivel superior, donde se nos hace ver, la relevancia que para las partes involucradas representa el conocer y planificar los cambios que se están dando y los que se avecinan.
Es  importante señalar en éste caso, que la educación superior se ha visto limitada hasta hace unos años, por esquemas tradicionales y metodologías educativas, que se han implementado casi religiosamente. Debido a esto, surge ahora la noción de que ésta debe ir más allá de simplemente transmitir conocimientos. Implica además la formación de valores y la ética profesional, implica el formar profesionales íntegros, cuyas cualidades y habilidades estén desarrolladas para responder a las exigencias de un mundo competitivo y globalizado.
De acuerdo con Nieves, Otero y Molerio, las exigencias para el Docente como para el Alumno se han modificado grandemente. Se ha empezado a dejar de lado la improvisación, la falta de planificación y se inicia un proceso de “innovación tecnológica” de la mano de la investigación.
Como parte de éste proceso que se menciona, se hace necesaria la constante autoevaluación y el enfoque al mejoramiento continuo, de parte de las instituciones de educación superior en primera instancia, y a la vez una concientización de parte de los docentes y los dicentes.
Según lo que indica el texto, existen cinco competencias que todo profesional debería lograr desarrollar durante el proceso de su formación:
·         Capacidad de autogestión del aprendizaje.
·         Capacidad de discernir de forma crítica y ética sobre las problemáticas a las que se enfrenta en sus actuaciones.
·         Capacidad de generar proyectos de trabajo.
·         Capacidad de relacionarse adecuadamente con otras personas.
·         Capacidad de comunicarse, en el ámbito de la ciencia y de la profesión, con el uso de herramientas y signos tradicionales y contemporáneos.
Considero que para lograr el desarrollo de éste tipo de atributos, es necesaria antes una transformación que va desde las prácticas educativas, los mecanismos de evaluación y el enfoque de desarrollo hasta la intencionalidad de los programas pedagógicos.
Estos cambios representan adicionalmente modificaciones al papel que desempeñan los participantes en su roles como educadores o alumnos.
A nivel de docente, de acuerdo con el texto, debemos concebir el proceso y todo lo que implica el mismo teniendo claro que el centro es el alumno, como sujeto educativo. Donde impulsemos el autoperfeccionamiento y el crecimiento efectivo de los futuros profesionales.
Personalmente pienso que es fundamental  el trabajar en una culturalización que permita minimizar la resistencia al cambio y que nosotros como educadores tomemos la posición que nos corresponde. Tenemos que servir como facilitadores que propicien un ambiente constructivo, donde el intercambio de experiencias y el auto conocimiento se hagan presentes. Adicionalmente, tal y como correctamente mencionan las autoras en el artículo, para lograr estos cambios, se deben sentar las bases que permitan superar tres barreras principales:
·         La cultura pedagógica curricular y didáctica.
·         La tradición pedagógica universitaria.
·         Las estructuras institucionales y organizacionales de las universidades.
A través de la comprensión y la correcta aplicación de la visión del nuevo concepto educativo y de formación profesional, lograremos reflejar los esfuerzos realizados en la calidad de la enseñanza y por ende en la integridad del aprendizaje.

3 comentarios:

  1. Hola Compañero: Un gusto leer tus palabras y muut cierto lo que mencionas en cuanto a los valores éticos que deben ir de la mano de nuestro desempeño profesional. Cuantas veces hemos visto de grandes profesionales, de mucho éxito que no pueden ni volver a verte a los ojos. Su orgullo se vuelve mas grande que su conocimiento y pierden la perspectiva.
    Es necesario un cambio y reducir esa resistencia que todos hemos visto ante los nuevos cambios en la metodologia educativa.
    Un buen profesional es una persona íntegra.

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  2. Estimado Pablo, me parece que lo que escribes un buen análisis del articulo de Nieves Otero y Molerio, pero no tiene la forma ni el fondo de un ensayo argumentativo. Sería importante ver la posibilidad de que lo mejores tomando en cuenta las características de un ensayo de este tipo. La lectura, en estos casos, se convierte en materiales de apoyo a tus afirmaciones.

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  3. Además de todas las cualidades que mencionas, me parece que el profesional debe tener un lado humanista, etico y "mentalidad futurista". Lo que quiero decir con esto es que el profesional debe estar abierto a los cambios constantes que sufren las profesionales y dedicarle tiempo a la actualización profesional.

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